viernes, 16 de septiembre de 2016

NIGHTMARES

Querido Anónimo:



Es curioso como durante la noche todo parece transformarse. Cuando la luna sale y las calles se quedan en silencio, todas las historias sobre monstruos y fantasmas que antes sonaban absurdas, de repente parecen ser tan reales como la suave respiración de sus hermanos mientras duermen. Quisiera meterse en la cama de alguno de ellos para así ahuyentar todos los horribles pensamientos que están aflorando en su mente, pero John sabe que eso solo desembocará en burlas de sus hermanos mayores a la mañana siguiente, y es que ser el menor de cinco hermanos nunca ha sido fácil para él. Cuando su padre aún vivía, solía ponerse de su lado y hacer que cesasen las mofas hacia él, pero desgraciadamente, ahora quien tiene el poder es el mayor de sus hermanos, Simmon, al cual no le puede importar menos que John sea molestado sin descanso. Esa misma tarde, Joffrey había estado contando a John una historia sobre brujas devoradoras de niños, con el motivo de asustarlo, y aunque en su momento se había mostrado muy valiente y escéptico, ahora debía admitir que sentía algo de miedo. Súbitamente, la posibilidad de que una bruja entrase en la habitación, lo arrastrase fuera de la cama, y lo llevase lejos, muy lejos, donde nadie pudiese oír sus gritos, cobraba una fuerza atronadora, que hacía que su corazón latiese con tanta fuerza como el viento azotando la ventana en una tormenta de invierno. Nada podía hacer John con todas esas sombras arremolinándose alrededor de su cama, y con todos esos sonidos que pasaban desapercibidos durante el día, pero que ahora rasgaban la noche como truenos y mantenían al pequeño en constante alerta. Nada podía hacer más que apretar los dientes, cerrar los ojos con fuerza, y esperar a que la mañana llegase y que con sus rayos desvaneciese de su mente todos los monstruos y fantasmas, y con ello, convertir el ruido incesante de la noche, en un silencio oculto.


GROSSES BISES



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